BENEFICIARIOS

400 familias indígenas productoras de café (alrededor de 2000 personas) y que residen en los distritos de Ahuano (Tena) y Rukullacta (Archidona) donde funcionan las asociaciones productoras “Waylla Kuri” y “Jatary”.

OBJETIVO PRINCIPAL

Contribuir a la reducción de las desigualdades y la pobreza rural en la provincia de Napo (Ecuador), fortaleciendo la sostenibilidad ambiental y la inclusión de la cadena de suministro del café.

TERRITORIO DEL PROYECTO

La provincia de Napo refleja los indicadores de la región amazónica: el 65% de la población vive en zonas rurales y el 56% pertenece a los grupos indígenas Kichwa y Waorani; la tasa de deserción escolar (13,15%) es la segunda más alta a escala nacional y, a pesar de tener una población mayoritariamente dedicada a la agricultura (40%), concentra la riqueza en los sectores de comercio y servicios, en beneficio de unos pocos sujetos , a menudo también con sede fuera del territorio provincial. Los pueblos indígenas se dedican, en gran parte, al cultivo sostenible de café y cacao, preservando el patrimonio ambiental de la deforestación y el uso de contaminantes químicos. El café y el cacao son a menudo la única fuente de ingresos para las familias indígenas, que de lo contrario se limitan a la agricultura de supervivencia.

CREAR VALOR

Las asociaciones Waylla Kuri y Jatary son relativamente jóvenes y necesitan un apoyo integral para su sostenibilidad en el mediano y largo plazo.
Queremos fortalecer la cadena de valor en sus diversos componentes, desde los pequeños productores hasta el consumidor.
Para aumentar la productividad de los cultivos, organizamos escuelas de campo, ciclos de formación que combinan los principios teóricos con la práctica sobre el terreno, y damos asistencia técnica para la renovación de plantaciones antiguas.
Para consolidar las asociaciones de productores, intervenimos en las capacidades de gestión interna, también a través del intercambio de buenas prácticas con realidades de otros territorios, y en el control de calidad y trazabilidad de los productos, invirtiendo en mejorar la infraestructura y el equipamiento de los centros de acopio.
Para mejorar el acceso a los mercados, apoyamos a las asociaciones en el desarrollo e implementación de una estrategia
comercia
l y promovemos la puesta en valor cultural y turística del café a través del laboratorio experiencial Jatary.

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CULTIVAR SALUD

La pandemia del Covid-19 ha mostrado la fragilidad de las comunidades indígenas en términos de seguridad alimentaria y condiciones higiénicas. Antes de la pandemia, en el distrito de Ahuano (donde opera la asociación Jatary) había un índice de desnutrición infantil superior al 50% y solo el 10% tenía acceso a agua potable.
Construir una ‘cadena de derechos’ significa reconocer condiciones de vida adecuadas para las familias de los productores, aun cuando el Estado no pueda garantizar servicios dignos.
Queremos dotar a 4 comunidades indígenas de un sistema de agua potable y saneamiento de bajo costo, replicando una buena práctica que ya hemos experimentado en Ecuador y que tendría un impacto significativo en la salud de las personas.
Para devolver la soberanía alimentaria a las comunidades, queremos recuperar las prácticas de los bosques alimentarios también mediante la distribución de plantas tradicionales en desuso progresivo para potenciar su potencial aporte nutricional en la dieta muchas veces poco variada de las familias.

SEMBRAR INCLUSIÓN

Las propias comunidades indígenas se caracterizan por algunas desigualdades internas, que se traducen hoy en menos derechos y mañana en menos oportunidades.
Las mujeres son la columna vertebral de la cadena de suministro del café y soportan casi por completo la carga familiar, pero no administran las ganancias de las ventas de productos agrícolas, no tienen voz en la planificación familiar y, a menudo, también se ven obligadas a sufrir violencia por parte de sus maridos.
Los niños y jóvenes crecen con la perspectiva de abandonar la comunidad y trabajar en el campo, lo que a veces conduce también a fenómenos de malestar como el alcoholismo.
Pensamos que, a través de un trabajo de animación social y sensibilización, las comunidades pueden convertirse en lugares más inclusivos incluso para las personas más vulnerables.

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con el apoyo de