Santo Domingo de los Colorados, hora 6:30: la alarma suena y ya estoy fuera de la cama lista para enfrentar un nuevo día. Junto conmigo mis compañeras de viaje, Ludovica y Francesca, con las cuales comparto cada día entre casa y trabajo. En el proyecto “Soñando Por El Cambio” los días empiezan temprano. A las 8 de la mañana se sale de la casa, listas para coger nuestro taxi de confianza. El chofer se llama Darwin y cada mañana nos espera con mucha paciencia y nos acompaña al trabajo, músic incluida (el ya està empezando apreciar las canciones de artistas italianos como Renga, Mengoni y Giusy Ferreri!). Ni bien el taxi supera el portón del proyecto, no tengo ni el tiempo de cancelar el recorido que ya estoy fuera del carro, rodeada de niños llenos de energía y con una gran sonrisa, que me acogen con un alegre: “Buenos días, Flavia!”. Son las 8 y 30 de la mañana y empiezan las clases: “Lenguage y Literatura”, “Matemáticas”,
“Estudios Sociales”, “Ciencias Naturales” e “Inglés” son algunas de las materias que los niños llevan a diario.
Para cada materia hay un profesor diferente y los niños se trasladan de clase en clase a según del horario que tienen. Yo enseño “Desarollo Humano E Integral” y, por lo tanto, trato temáticas de carácter civico, con el intento de transmitirles algunas nociones sobre los derechos humanos y la importancia del respecto hacia el próximo, sobre todo si se considera que el respecto es uno de los principales factores que hacen falta en sus breves pero intensas historias de vida. 12 y 45 de la tarde, terminan las clases y es la hora del almuerzo. Todos corremos hacia el comedor, a través de una larga escalera que conecta las aulas con las oficinas (Secretaría , psicología, enfermería y área docentes). Entre las oficinas encontramosnel departamento de psicología, que se encarga de las necesidades de los niños y de sus familias: visitas domicilares, ascucha activa, terapias, entrega de documentos y talleres. 2 de la tarde: empiezan los talleres profesionalizantes y deportivos. Lucha olimpica, basket, fútbol, voley, mecánica, costura y cocina, además de talleres recreativos y de juegos para los más pequeños, animan las tardes al proyecto hasta las cuatro. Cada niño partecipa al taller que más le gusta, aprovechando la oportunidad para aprender un oficio o para practicar un deporte al aire abierto. Al terminr el día llega la hora de las duchas. Los niños y niñas se dividen en dos baños diferentes y nosotras voluntarias tenemos que asegurarnos que todos se duchan y que, al final, dejen las instalaciones limpias. A las 5 de la tarde todos los niños van hacia el comedor para la entrega del refrigerio y regresan a la casa! El tiempo al proyecto social “Soñando Por El Cambio” sigue un flujo especial: los días parece volar y en un abrir y cerrar de ojos te encuentras al final del día, aunque al mismo tiempo las horas
se dilatan por su intensidad mientras las vives. Los niños del proyecto son 120, con un edad que va de los 6 a los 17 años, cada uno con su propia
historia y con sus sueños en el cajón. Aunque provenien de historias de vida muy fuertes y, por eso, llevan las huellas de un pasado poco generoso, nosotras voluntarias creemos fuertemente que un día estos sueños puedan salir del cajón en el que están cerrados y volar alto. Por eso caminamos junto a ellos, intendando hacer nuestra parte de la mejor manera, y dejar así algo de concreto. La experiencia de Servicio Civil es un experiencia a 360°, que permite lograr competencias en ámbitos diferentes y crescer de manera exponencial, superando limites y prejudicios. Te ayuda comprender que detrás de los muchos “si” y “pero”, que estamos acostumbrados escuchar cada día, hay un mundo para explorar y descubrir. Es una experiencia al servicio de los demás, aunque recibes mucho más de lo qué das.

Una experiencia que te cambia la vida!

Flavia di Buduo

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